lunes, 16 de mayo de 2016

LA AMISTAD: Un cuento y un poema

 
Belleza
 
Hay campos floridos
lindas descripciones
cielos en la tierra
arenas calientes
brisitas de mar
Se han abierto las puertas de las dimensiones
imagina todo lo que quieras
sólo lo que dios quiera se va a materializar
hagas lo que hagas ego de mi vida
no puedes mi calma perturbar
como Dios es colega del dios que llevas
van a una en la Voluntad
Y no hay hombre o mujer sobre esta Tierra
que herirme pueda
sin llevarse el don de mi amistad.
No hay un solo cuerpo, alma que lo lleva
al que no le tiemblen de Amor...
las piernas 
 
Maribel Fombella
Epilogo - Almas Gemelas en el Calendario Maya


EL INMENSO PODER DE LA AMISTAD
Ramiro Calle
He aquí un cuento muy hermoso:
Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. Uno de ellos dio una bofetada al otro. El ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: “HOY, MI MEJOR AMIGO ME DIO UNA BOFETADA.” Continuaron su camino y llegaron a un oasis donde se bañaron. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un cincel y... escribió en una piedra: “HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA”. Intrigado, el amigo preguntó: “¿Por que después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?” Sonriendo, el otro amigo respondió: “Cuando un amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrar y hacer desaparecer la ofensa. Por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento del mundo podrá borrarlo.

 REFLEXION:
Es mi buen amigo y leal alumno Antonio García Martinez quien me ha hecho llegar este significativo cuento, sabiendo cuántos años llevo recuperando historias con un sentido humanista o espiritual. La amistad es la amistad. Mucho más segura que el denominado amor sentimental; infinitamente más vigorosa que cualquier otro lazo humano. No hay vínculo afectivo tan poderoso como el de la amistad, tan confortador e inspirador. Pero no quiere decir que en la amistad, como en cualquier otra relación humana, no puedan surgir desavenencias, incompatibilidades o desencuentros, que presto hay que examinar y no permitir que el vínculo se resienta. La verdadera amistad es perdurable y supera todos los equívocos o malentendidos. Por eso es el bálsamo más efectivo. La verdadera amistad no tiene fecha de caducidad. El amigo no va y viene como una ola, sino que es la playa que permance. La amistad es el encuentro de dos almas, más allá de la disparidad de carácteres o intereses vitales que pueda haber. Es el fuego sagrado del amor (amor del alma). Las heridas que involuntariamente nos pueda hacer un amigo deben dejar un rastro más leve que el que deja el pez al nadar. Se puede prescindir de muchas cosas, pero el que lo haga de un amigo es porque es necio o insensible y por tanto en uno u otro caso no es merecedor de la verdadera amistad. ¿Qué mayor castigo puede haber que carecer de amigos? En esta sociedad despiadada y convulsa, atrozmente egoista y competitiva, el mejor regalo es el amigo incondicional que sabe aceptarnos y al que sabemos aceptar.

 
Agradecimientos a Pilar Vaz de librería Anatma por compartir esta publicación en Facebook.Foto de Pilar Vaz Lorenzo.

 

 
 
 


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